Es triste pero un grupo como Atlas nunca tuvieron la repercusión que merecian en su momento, y este concierto de reunión pesaba en mi animo. ¿Seria otro de esos conciertos que sin ser multitudinarios atraería a suficiente gente como para ser rentable, o tal vez fuese un simple reencuentro de nostálgicos del rock, cada vez mas escasos en los conciertos en vivo?
Bueno, parafraseando a cierta personalidad redundante, me llena de orgullo y satisfacción relatar lo que a continuación voy a relataros.
Antes, y teniendo la insana costumbre de comenzar por el principio he de decir que este concierto no habría sido un éxito sin la implicación del grupo en la promoción: a este punto digo, y lo digo en voz alta a todos los grupos y músicos de este mundillo, que si no hay una implicacion del grupo en las promociones, difícilmente conseguiremos que el publico se anime a estar delante del escenario, muy difícil.
Por otra parte, tiene que haber algo detrás que mueva el evento, como no!, esa parte recae en la promotora, en este caso Nuada producciones, una productora que se caracteriza por su seriedad, compromiso y equipo conexionado, siendo a día de hoy una de las promotoras/productoras que mas se están moviendo, y con mas éxito. El trabajo que hacen da sus frutos, lo cual hace que me alegre sobremanera, pues son buena gente y sobre todo amantes del buen rock y no del dinero.
Y si, ahora escribo esto en mayusculas, EXITO, pues estuvimos en un concierto que significo la recuperación de un grupo en estado de gracia y con un talento infinito que en comunión con un publico sediento de Atlas, estuvo de principio a fin coreando las canciones, saltando y disfrutando de cada minuto del concierto.
Todos conocemos la envergadura y el cariz de este grupo conformado por grandes del rock español; este supergrupo que tiene todo para ser uno de los grandes, y que por circunstancias quedó latente tras su etapa de respiro, lo que significo una respuesta de público sensacional, sin llenar la We Rock al cien por cien, pero por muy muy poco, y eso a día de hoy es un éxito sin ambages a la altura de muy pocos.
Por eso estamos de doble enhorabuena, por su regreso recuperando la formación original, y comprobando que el grupo tiene mecha y una sed de escenario tal, que augura grandes noches de buen rock. A pesar de su lesión cervical pude ver a un ilusionado y recuperado Jose Martos marcando esa calidad que solos aquellos monstruos forjados en sangre y metal atesoran marcando uno de esos conciertos en los que ves que si no fuese por la impronta que marca el vocalista, a buen seguro saltaría de detrás de su instrumento para bañarse con el numeroso público.
Mas pausados esencialmente estaban Angel Árias y Manolo Árias, en cuanto a movimiento escénico, pero intratables en la ejecución musical. No soy músico, pero puedo decir que mi rodaje en diversos bolos en directo ha conseguido que sepa apreciar cuando un músico se equivoca o cuando se acelera... y la talla de estos gigantes musicales se acrecienta dando un concierto milimetrado en los que no hay margen para el error y demostrando que el dominio de las armonías del buen hard rock es terreno dominado por ellos. En concreto me maravillo sobretodo el dominio que usa de la guitarra Manolo Árias, que me recordaba en genio y dominio de los trastes a figuras internacionales de la talla de Adrian Vandenberg por poner un ejemplo, no en vano tener en su curriculum el haber estampado su firma en grupos como Niagara, Panzer o Ñu tiene que tener algún valor.
Su figura carismática deja que hable a través de alambicados y directos fraseos que literalmente te vuelan la cabeza.
Y para mi, y de forma significativa, por su pacto con los dioses oscuros, la presencia de su vocalista Ignacio Prieto me dejó impresionado. Ser un buen vocalista no tiene una sola cara, hay que aunar carisma, técnica, proyección en el escenario, comunión en el escenario, desparpajo un punto de picaresca y toneladas de simpatía, y este vocalista lo tiene todo: dio un espectáculo escénico increíble dando energía y movimiento, no tuvo empacho de coger la guitarra para dar mayor empaque en algunos temas y su estado vocal es perfecto, llegando sin dificultad a las octavas mas altas, y entre tema y tema la simpatía y la energía que da hacia el público hace que no decaiga en ningún momento la entrega que el público desde el minuto uno da al grupo, y este viéndose de esta guisa arropado devolviéndosela en justa medida.
Y sin duda ese es la vara que yo tengo para medir si he estado en un buen concierto o no, la respuesta del público, entregado y participativo, no paro de botar y de saltar desde el comienzo del concierto, que por cierto, no tuvo tesonero, a pesar de que esperaba que lo hubiera, esto no fue problema para recorrer los dos discos "Atlas" y "Contra viento y marea" dos joyas imprescindibles para todo aquel que se digne de ser un buen rockero en este país.
No falto ninguno de los grandes temas que los hicieron entrar entre los grandes, como la icónica y salvaje "Oveja Negra" dejando claro que el grupo no viene precisamente a pasar de puntillas, sensacional y explosivo comienzo con la adrenalina flor de piel, seguido de la sleazy y picara "Condenado loco" recordando al movimiento de hard rock que en su día se hizo inmenso en los Angeles y que sigue mostrando su vigencia a día de hoy, la mas cercana al espíritu AC/DC "Parte de ti, parte de mi", brutal abriendo el embrujo que el grupo tendería sobre el público: También y presentando ese sentimiento especial que solo el buen hard rock atesora, y sirviendo de interludio entre los temas mas poderosos, nos regalaba el grupo la inmensa "Demasiado bueno para durar" dejando ya al publico con ganas de mucho mas. Seguirían con "Odisea" del "Contra viento y marea" un tema mas duro en cuanto a sonido y líricas, pasando a "Abriendo los ojos" otro tema que bebe de los guitarrazos y los tiempos mas indios del hard rock mas recio y donde podemos apreciar el inmenso trabajo de todo el grupo, pero en especial el fantástico hacer de Angel Árias en el bajo también en el tema que seguiría a continuación. Caerían también "Nosotros somos la revolución" retomando un tema fantástico de su primer disco, salvaje sin ambages y que me recordó en esencia a los sonidos que en su día mandaron en el rock español, llámese Sangre Azul, Niágara, o Jupiter por nombrar solo algunos, continuado por un solo de guitarra de quitar el hipo.
Amenizado entre tema y tema, y agradeciendo al público su respuesta el grupo aun tenia fondo para mucho mas, acrecentando su alta figura con dos joyas que vuelven a demostrar la especial sensibilidad que hay en estos temas, concretamente la preciosa "Quien no ha sido perdedor" tocada en acústico y la no menos preciosa "Viviré" llegando a este punto a una comunión una entrega entre grupo y público de forma total. Pero esto no queda aquí, y la noche sigue, con "Si me faltas tu" otro tema en la onda Whitesnake, precioso pero muy electrificado en contraste con los anteriores y que sirve de trampolín para ir cargando la noche de electricidad y duende subiendo la carga de patios por metro cuadrado, y que abriría para un himno como "Da igual" irreverente y rockera por los cuatro costados, concatenada a otro himno como es "Generación sin miedo a vivir" tema presentado con especial cariño debido a que es el tema que aglutino a "Atlas" y del que surgió todo esto.
Aun quedaría espacio para "El imperio de la ley" de su primer disco y ya en los últimos compases de la noche nos brindarían en los bises la vertiginosa versión de los Purple "Highway-star" hermanada y seguida de la inmensa "Unidos" levantando al público aún mas y cerrando ya el telón con la versión de los Barones-"Nada que hablar" recordando para los despistados de donde vienen los grandísimos Angel Árias y el clon de Ánimal de los teleñecos, según Ígnacio, de José Martos, y finalizando con "No necesito a nadie" otro tema clásico dentro de los clásicos y plenamente vigente a día de hoy con la necesidad de reivindicar su letra, y cerrando con su tema bandera "Contra viento y marea".
No hay mucho que añadir, solo indicar que hoy el espíritu de una generación, de un legado, estuvo presente en este concierto, ese espíritu que en su día dio una generación que pobló los pasillos de la extinta sala Canciller y del que quedan los posos, de los que tengo la esperanza puedan resurgir en un fuego intenso. Hoy me volvió la fe de que esto no es una utopía y se puede conseguir.
Enhorabuena.
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Josean Zombie.
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